Un alegre y colorido desfile gay marcó el cierre de la primera edición de la Fashion Week
de Tel Aviv, pero no faltaron críticas de parte de quienes afirman que
el Gobierno israelí usa la causa homosexual para esconder el problema
palestino.
La semana de la moda, abierta por el estilista italiano Roberto
Cavalli, concluyó con el desfile homosexual, organizado por la Israel
Gay Youth (IGY) y en el que participaron numerosas celebridades locales,
y hasta la esposa del vicepremier Silvan Shalom, Judy Nir Mozes,
conocida personalidad de la televisión israelí.
El alcalde de la ciudad, Ron Huldai, explicó que “el mensaje que
surge de la ‘fashion week’ de Tel Aviv se parece mucho a la ciudad
misma: innovadora, audaz, inesperada y anticonvencional”.
Muchos periodistas llegados para cubrir el acontecimiento estaban de
acuerdo con él, subrayando que en ciudades como Milán y París, que se
consideran a la vanguardia, un desfile tan escandalosamente homosexual
no podría ser organizado en ocasión de sus temporadas de desfiles.
Unos 30 estilistas, en su mayoría israelíes, diseñaron las creaciones
que exhibieron las celebridades, en un clima de fiesta en el que, más
que la identidad sexual de cada uno, contaba el sentido de la diversión.
A veces eran los mismos estilistas los que lucían sus modelos, como
en el caso de K-Long, “drag queen” (hombre o mujer que se viste y actúa
como una mujer exageradamente) de altura impresionante, que se graduó en
el Shenkar College, el más prestigioso instituto de enseñanza en el
campo de la moda israelí.
Mientras en Tel Aviv el desfile gay se transformaba en una fiesta que
duró gran parte de la noche, desde Nueva York la escritora Sarah
Schulman, lesbiana militante, acusó a Israel de utilizar la causa
homosexual para sus propios fines a fin de distraer la atención de la
cuestión palestina .
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